Si bien, no es una cualidad
exclusiva, ni mucho menos especial, es decir, no me convierte en “La
privilegiada”, pues como a la mayoría de la gente, mi memoria me juega chueco y
en ocasiones demuestra más sus limitaciones que su potencial, comienzo a
reconciliarme con la deficiencia que
me aqueja desde que fui niña. Mi memoria episódica, esa que según, dicen los
expertos tiene que ver con los lóbulos temporales y no sé qué tanta patraña, ésa que se encarga de almacenar y recuperar la
información, particularmente los hechos, por ejemplo las fechas y
acontecimientos de la vida cotidiana, salvo en los casos extraordinarios como
lo es el de mi Padre, quien una vez me explicó que para él “hacer memoria” era
un proceso tan simple como, cito sus palabras literalmente: -Para mí, es fácil, simplemente es como si acudiera a mi archivo de videos mentales, seleccionara
uno y simplemente le pusiera “Play” y con ello fuera capaz de “mirar mentalmente”
el hecho que deseo compartirle a mi interlocutor o a mí mismo, -¿Por qué no me heredó esos genes caray?-, como te decía, salvo casos extraordinarios, al
igual que el grueso de la gente, en mi caso marcadamente, esta capacidad de
evocación es prácticamente defectuosa.
Si mi memoria se encontrara en
óptimo estado, la evidencia irrefutable consistiría en que fuera capaz de
recuperar detalle a detalle lo que
ocurrió en determinado tiempo-espacio de mi vida, sin embargo, siempre
lo he sabido, funciona de modos realmente particulares (excelente eufemismo
para no decir que está atrofiada) pues me es realmente difícil, en ocasiones
imposible, recuperar “datos duros”. El autor o detalles del libro que han cimbrado mis pilares epistemológicos, el director de mi película favorita, el
nombre de la rola que me fascina, el cumpleaños de alguien a quien quiero un
montón, alguna frase que me ha cautivado de un escritor, el chiste que contó mi
Carnal en la comida familiar, etc. Espero quede claro, que nada tiene que ver
con mi concentración, con lo mucho o poco significativa que haya sido la
experiencia, precisa e irónicamente, porque recuerdo
perfectamente que lo fue, es por lo que me resulta realmente frustrante no
poder “mirar mentalmente mi video” del hecho. Así que, el que sepa que fue
trascendental para mi vida, poco importa, pues de ninguna forma logro atrapar
el recuerdo con nitidez. Siendo así, podemos ir construyendo una hipótesis: el
funcionamiento de la memoria, no obedece, de modo exclusivo a elementos
cognitivos como la concentración y la atención, pareciera que factores de mayor
relevancia participan y condicionan el funcionamiento de nuestra memoria. Sí,
obviamente, pienso en los estados anímicos y lo inconsciente.
Ahora bien, te decía que comienzo
a reconciliarme con dicha discapacidad
porque, pese a propinarme sendos malviajes
de frustración, así mismo, me ofrece vivir las presentes y futuras experiencias
de un modo casi inédito, en el sentido de que tal o cual vivencia puedo
apreciarla como nueva, precisamente
porque pareciera no haber registro anterior (recuerdo) con el cuál compararla. No
exagero del todo, ni mucho menos miento, cuando me refiero a “una experiencia
inédita”, incluso no descubro ningún hilo negro, -lo sé-, la filosofía ya la ha
dicho, es una realidad irrebatible que
toda experiencia, estrictamente hablando, por acontecer en un momento-espacio único, absoluta y
completamente distinto es NUEVA, por lo tanto, jamás, así se asemeje en demasía
a otro hecho pasado, nunca se vuelve a vivir una experiencia de modo idéntico.
En mi caso. esta sensación constante, -ficticia tal vez; real indudablemente-, de vivir la presente o futura experiencia de modo inédito, irónicamente es posible gracias a esa/mi Deficiencia, es este mal funcionamiento lo que la hace posible.
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